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Lara Jean guarda sus cartas de amor en una caja. No son cartas que le hayan enviado, las escribió ella, una por cada chico del que se ha enamorado. En ellas se muestra tal como es, porque está segura de que nadie las leerá. Hasta que un día alguien las envía por equivoación y la vida amorosa de Lara Jean pasa de imaginaria a estar totalmente fuera de control.